En época de cuaresma podemos disfrutar de riquísimas elaboraciones, herencia de nuestras madres y abuelas que sabían bien como contentar nuestras almas y estómagos.... la verdad que tenemos gran suerte de haber heredado deliciosos platos, una rica y amplia gastronomía, preparadas con sencillos ingredientes, los que daba la tierra en cada época del año, con que sabiduría y sin conocimientos culinarios elaboraban tantos exquisitos platos... y siempre con unos resultados que ya quisieran muchos restaurantes...
Para todas ellas va dedicada hoy mi entrada...
El plato que os dejo hoy es muy humilde pero lleno de sabor, con un caldo espesito que da pena que se termine... uhmm como he disfrutado cada cucharada....
ideal para aquellos que se abstienen de comer carne durante estos días.
Feliz semana !!!
Le aporta un sabor delicioso la picada de ajo y pan
Ingredientes:
1/2 kilo de garbanzos secos de buena calidad
250 g. de bacalao desalado
1 tomate grande maduro
1 cebolla tierna
2 dientes de ajo
1 patata grande
1 hoja de laurel grande
azafrán molido o colorante
aceite de oliva
sal
agua
1 rodaja de pan
2 dientes de ajo
una pizca de pimentón
Preparación:
Si el bacalao no está desalado, tendremos que desalarlo poniéndolo en agua durante 24 horas, cambiándole el agua cada 6 horas y metiendolo en el frigorífico.
Una vez pasado ese tiempo lo escurrimos bien.
La noche de antes ponemos en remojo los garbanzos.
Tienen que cubrirlos enteros, si vemos que se quedan sin cubrir, volvemos a añadirle agua.
Al día siguiente ponemos una olla o cazuela amplia con agua a calentar, más o menos la mitad de la olla con agua.
Cuando esté caliente el agua ponemos la cebolla cortada en cuatro trozos, dos dientes de ajo pelados, 1 hoja de laurel, el tomate pelado, sin pepipas y troceado.
Dejamos hervir el agua de nuevo y echamos los garbanzos, Los garbanzos siempre los tenemos que echar cuando el agua esté bien caliente.
Dejamos de nuevo que vuelva a hervir y le agregamos (como una cucharada de servir ) aceite de oliva y un poquito de sal, azafrán molido o un poco de colorante,+ poca porque el bacalao siempre aporta un poco de sal.
Dejamos cocinar unos 35 minutos.
En una sartén aparte freímos en un poco de aceite, como dos cucharadas soperas, dos dientes de ajo y una rodaja de pan del día anterior.
Retiramos del fuego y añadimos una pizca de pimentón.
Removemos bien y lo trituramos todo con la batidora.
Cuando hayan pasado los 35 minutos echamos al caldo una patata troceada, cascada o sea terminada de cortar sin cuchillo para que ello ayude a espesarlo, agregamos el bacalao en trozos y la picada de pan y ajo.
Subimos el fuego para que empiece a hervir un par de minutos y luego lo ponemos a fuego más suave.
Terminamos de hacer cuando los garbanzos estén tiernos y las patatas hechas, más o menos unos 15 minutos.
Si vemos que el caldo no queda espesito podemos triturar unos cuantos garbanzos con la batidora.
Yo suelo triturar la cebolla y si queda algún trozo de tomate, con unos cuantos garbanzos y la vuelvo a añadir al caldo, así no se encuentran trocitos en el caldo y ésto ayuda a espesar.
Dejamos reposar unos minutos y listo para comer,
si lo preparáis con antelación el día anterior os aseguro que está mucho más rico.
Para todas ellas va dedicada hoy mi entrada...
El plato que os dejo hoy es muy humilde pero lleno de sabor, con un caldo espesito que da pena que se termine... uhmm como he disfrutado cada cucharada....
ideal para aquellos que se abstienen de comer carne durante estos días.
Feliz semana !!!
Le aporta un sabor delicioso la picada de ajo y pan
1/2 kilo de garbanzos secos de buena calidad
250 g. de bacalao desalado
1 tomate grande maduro
1 cebolla tierna
2 dientes de ajo
1 patata grande
1 hoja de laurel grande
azafrán molido o colorante
aceite de oliva
sal
agua
1 rodaja de pan
2 dientes de ajo
una pizca de pimentón
Preparación:
Si el bacalao no está desalado, tendremos que desalarlo poniéndolo en agua durante 24 horas, cambiándole el agua cada 6 horas y metiendolo en el frigorífico.
Una vez pasado ese tiempo lo escurrimos bien.
Tienen que cubrirlos enteros, si vemos que se quedan sin cubrir, volvemos a añadirle agua.
Al día siguiente ponemos una olla o cazuela amplia con agua a calentar, más o menos la mitad de la olla con agua.
Cuando esté caliente el agua ponemos la cebolla cortada en cuatro trozos, dos dientes de ajo pelados, 1 hoja de laurel, el tomate pelado, sin pepipas y troceado.
Dejamos hervir el agua de nuevo y echamos los garbanzos, Los garbanzos siempre los tenemos que echar cuando el agua esté bien caliente.
Dejamos de nuevo que vuelva a hervir y le agregamos (como una cucharada de servir ) aceite de oliva y un poquito de sal, azafrán molido o un poco de colorante,+ poca porque el bacalao siempre aporta un poco de sal.
Dejamos cocinar unos 35 minutos.
En una sartén aparte freímos en un poco de aceite, como dos cucharadas soperas, dos dientes de ajo y una rodaja de pan del día anterior.
Retiramos del fuego y añadimos una pizca de pimentón.
Removemos bien y lo trituramos todo con la batidora.
Cuando hayan pasado los 35 minutos echamos al caldo una patata troceada, cascada o sea terminada de cortar sin cuchillo para que ello ayude a espesarlo, agregamos el bacalao en trozos y la picada de pan y ajo.
Subimos el fuego para que empiece a hervir un par de minutos y luego lo ponemos a fuego más suave.
Terminamos de hacer cuando los garbanzos estén tiernos y las patatas hechas, más o menos unos 15 minutos.
Si vemos que el caldo no queda espesito podemos triturar unos cuantos garbanzos con la batidora.
Yo suelo triturar la cebolla y si queda algún trozo de tomate, con unos cuantos garbanzos y la vuelvo a añadir al caldo, así no se encuentran trocitos en el caldo y ésto ayuda a espesar.
Dejamos reposar unos minutos y listo para comer,
si lo preparáis con antelación el día anterior os aseguro que está mucho más rico.