Nuestra amiga Lola , hace unos días, nos proponía algún que otro plato para disfrutar mientras vemos los partidos de fútbol que comienzan a partir de ahora, cuando hizo su entrada la verdad que me vinieron muchos platos a la mente, siempre pensando en aperitivos de bocado, y a ser posible sencillos y apetecibles.
En las noches de partido frente a la televisión, una buena propuesta puede ser una pizza, unas patatillas, aceitunas.... unas gildas, para poner un poquito de chispa a la noche, alguna que otra latilla y una buena cerveza fresquita.
Pero si quieres algo más elaborado hay sin fin de recetas...
Para el partido de esta noche mi propuesta es...
unos huevos villaroy o villeroy.
riquísimos, se dejan preparados el día de antes y a la hora de ponerse a ver el partido solamente tendremos que freírlos...
un gustazo y si encima gana nuestro equipo... la noche ya es perfecta.
Aunque la salsa villeroy o villaroy lleva algún ingrediente más, yo no lo he puesto, pues ya la salsa me quedó lo suficientemente espesita.
La salsa Villeroy o villaroy es una salsa derivada de la bechamel.
Se diferencia de ésta por ser algo más espesa debido a la añadidura de queso y clara de huevo, razón por la que se emplea en el napado o rebozado de algunos alimentos.
Con pocos ingredientes más, tienes una cena perfecta, además se puede acompañar también con alguna salsita para mojar.
La salsa bechamel tiene que estar espesita, como cuando hacemos croquetas, siempre a partes iguales de mantequilla y de harina
Normalmente se hace con huevos fritos, que es así como me lo enseñaron unas monjas, pero así con huevos cocidos quedan muy ricos también.
Ingredientes
3 huevos cocidos grandes
60 g de mantequilla
60 g de harina de trigo
medio litro de leche entera
pizca de sal
pizca de nuez moscada
Para el empanado
harina
1 huevo
pan rallado
aceite de oliva para freír
Elaboración
Cocemos los huevos, en un cazo con agua y un chorrito de vinagre, unos diez o doce minutos.
Sacamos y dejamos enfriar. Pelamos los huevos y reservamos.
Mientras preparamos la bechamel.
Calentamos la leche, sin que llegue a hervir.
En una sartén anti-adherente ponemos la mantequilla a calentar.
Una vez caliente y derretida incorporamos la harina y mezclamos bien.
Dejamos que la harina tome color y quede ligeramente tostada, con ello evitamos que la harina quede cruda.
Ponemos un poco de sal y nuez moscada.
Retiramos del fuego y echamos la mitad de la leche a la sartén.
Con una cuchara de madera removemos todo bien hasta que quede totalmente incorporada.
Ponemos nuevamente en el fuego y agregamos el resto de leche.
Removemos todo hasta que haya absorbido toda la leche y nos quede una bechamel como para cuando preparamos croquetas, si estuviese demasiado espesa ponemos un poquito más de leche, pero muy poca, nos tiene que quedar firme, no blanda.
Partimos los huevos, primero por la mitad a lo largo y luego volvemos a cortar cada mitad nuevamente a lo largo, nos tienen que salir 4 trozos de cada huevo cocido.
Colocamos porciones de bechamel en una bandeja de cristal y sobre ella un trozo de huevo cocido,
encima de cada rodaja de huevo cubrimos con bechamel, tiene que quedar bien cubierto.
Metemos la bandeja en el frigorífico, para que enfríe bien.
Una vez fríos preparamos tres platos o cuencos, en cada uno colocamos la harina, el pan rallado y el huevo batido.
Pasamos cada pieza por harina, huevo batido y pan rallado, en ese orden.
Ponemos una sartén con bastante aceite a calentar.
Una vez caliente freímos cada porción hasta dorar por todos lados.
No hay que llevar la sartén con muchas porciones, mejor hacerlas en varias veces.
Sacamos de la sartén y dejamos sobre papel absorbente para escurrir el aceite sobrante.
Podemos acompañar con alguna salsa, una ensalada... o como más nos guste.
Un aperitivo delicioso para disfrutar comiendo mientras vemos nuestros partidos o en cualquier momento.
En las noches de partido frente a la televisión, una buena propuesta puede ser una pizza, unas patatillas, aceitunas.... unas gildas, para poner un poquito de chispa a la noche, alguna que otra latilla y una buena cerveza fresquita.
Pero si quieres algo más elaborado hay sin fin de recetas...
Para el partido de esta noche mi propuesta es...
unos huevos villaroy o villeroy.
riquísimos, se dejan preparados el día de antes y a la hora de ponerse a ver el partido solamente tendremos que freírlos...
un gustazo y si encima gana nuestro equipo... la noche ya es perfecta.
Aunque la salsa villeroy o villaroy lleva algún ingrediente más, yo no lo he puesto, pues ya la salsa me quedó lo suficientemente espesita.
La salsa Villeroy o villaroy es una salsa derivada de la bechamel.
Se diferencia de ésta por ser algo más espesa debido a la añadidura de queso y clara de huevo, razón por la que se emplea en el napado o rebozado de algunos alimentos.
Con pocos ingredientes más, tienes una cena perfecta, además se puede acompañar también con alguna salsita para mojar.
La salsa bechamel tiene que estar espesita, como cuando hacemos croquetas, siempre a partes iguales de mantequilla y de harina
Normalmente se hace con huevos fritos, que es así como me lo enseñaron unas monjas, pero así con huevos cocidos quedan muy ricos también.
Ingredientes
3 huevos cocidos grandes
60 g de mantequilla
60 g de harina de trigo
medio litro de leche entera
pizca de sal
pizca de nuez moscada
Para el empanado
harina
1 huevo
pan rallado
aceite de oliva para freír
Elaboración
Cocemos los huevos, en un cazo con agua y un chorrito de vinagre, unos diez o doce minutos.
Sacamos y dejamos enfriar. Pelamos los huevos y reservamos.
Mientras preparamos la bechamel.
Calentamos la leche, sin que llegue a hervir.
En una sartén anti-adherente ponemos la mantequilla a calentar.
Una vez caliente y derretida incorporamos la harina y mezclamos bien.
Dejamos que la harina tome color y quede ligeramente tostada, con ello evitamos que la harina quede cruda.
Ponemos un poco de sal y nuez moscada.
Retiramos del fuego y echamos la mitad de la leche a la sartén.
Con una cuchara de madera removemos todo bien hasta que quede totalmente incorporada.
Ponemos nuevamente en el fuego y agregamos el resto de leche.
Removemos todo hasta que haya absorbido toda la leche y nos quede una bechamel como para cuando preparamos croquetas, si estuviese demasiado espesa ponemos un poquito más de leche, pero muy poca, nos tiene que quedar firme, no blanda.
Partimos los huevos, primero por la mitad a lo largo y luego volvemos a cortar cada mitad nuevamente a lo largo, nos tienen que salir 4 trozos de cada huevo cocido.
Colocamos porciones de bechamel en una bandeja de cristal y sobre ella un trozo de huevo cocido,
encima de cada rodaja de huevo cubrimos con bechamel, tiene que quedar bien cubierto.
Metemos la bandeja en el frigorífico, para que enfríe bien.
Una vez fríos preparamos tres platos o cuencos, en cada uno colocamos la harina, el pan rallado y el huevo batido.
Pasamos cada pieza por harina, huevo batido y pan rallado, en ese orden.
Ponemos una sartén con bastante aceite a calentar.
Una vez caliente freímos cada porción hasta dorar por todos lados.
No hay que llevar la sartén con muchas porciones, mejor hacerlas en varias veces.
Sacamos de la sartén y dejamos sobre papel absorbente para escurrir el aceite sobrante.
Podemos acompañar con alguna salsa, una ensalada... o como más nos guste.
Un aperitivo delicioso para disfrutar comiendo mientras vemos nuestros partidos o en cualquier momento.